Qué es la "posición dinámica de equilibrio" y por qué deberías incorporarla al esquiar
Juan Ignacio Vaccarezza • 12/27/2024
La clave para iniciarte en el mundo del esquí está en aprender los gestos básicos del deporte, no caer en errores comunes y consolidar una posición básica que se mantenga en cualquier pendiente y movimiento.
La "posición funcional" o "actitud dinámica de equilibrio" es la postura ideal que debemos mantener al esquiar. Se basa en encontrar un balance entre las tres articulaciones: tobillos, rodillas y cadera.
Claves para lograr la posición dinámica de equilibrio
Flexión de tobillos, rodillas y cadera
El primer paso para lograr la posición funcional es mantener una flexión adecuada de los tobillos, rodillas y cadera. Esto permite mayor estabilidad y control sobre los esquíes.
Distribución del peso
El peso debe estar centrado sobre la planta de los pies, evitando cargar demasiado en los talones o en la punta de los esquíes.
Espalda recta y mirada al frente
Mantén la espalda recta y relajada, con la mirada siempre hacia adelante. Esto ayuda a anticipar los movimientos y mantener el equilibrio.
Brazos levantados
Los brazos deben estar ligeramente adelantados y separados del cuerpo, con las manos a la altura de la cadera.
La importancia de la posición funcional
Permanecer en esta actitud dinámica de equilibrio tiene una enorme cantidad de ventajas al esquiar, entre ellas:
- Anticiparnos a las variaciones del terreno.
- Controlar nuestro cuerpo y esquíes en todo momento.
- Evitar movimientos erróneos.
Qué pasa si nos salimos de la posición funcional
Si nuestro cuerpo sale de la posición básica, podríamos empezar a cometer errores involuntarios para compensar ese equilibrio perdido.
Fuera de esta posición, el cuerpo se encuentra en desventaja mecánica. Al no tener una actitud de equilibrio no vamos a poder doblar con la fuerza de los tobillos, utilizando el canto del esquí, y vamos a realizar movimientos compensatorios con la espalda y los brazos para poder cambiar la dirección.
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