¿Alguna vez has sentido que pierdes el agarre en tus esquís mientras giras, especialmente en secciones más duras o en parches de hielo? Esto suele ocurrir cuando tu peso se transfiere al esquí interior, dejando al esquí exterior sin la presión suficiente para mordisquear la nieve, lo que causa que pierdas el control y tu esquí se deslice. Esto puede ser frustrante, pero hay una solución sencilla.
Para corregir esto, asegúrate de mantener la mano exterior baja, orientada hacia la nieve, y empuja hacia abajo mientras giras. Esta acción ayudará a que tu peso se transfiera al esquí exterior, lo que mejorará el agarre y te permitirá ejecutar giros más controlados y redondeados. Así, sentirás que tu esquí se mantiene firme y podrás dominar los giros con mayor facilidad.
¿Te ha pasado que, mientras esquías cuesta abajo, sientes que tus esquís van ganando velocidad rápidamente y te resulta difícil mantener el control? Esto generalmente sucede cuando no estás cerrando tus giros lo suficiente. Cuando esquías por pendientes empinadas, si no encaras bien las curvas o no usas el terreno de manera efectiva, es fácil terminar descendiendo demasiado rápido.
Para evitar esto, asegúrate de que, al final de cada giro, tu trayectoria se cierre con una curva más pronunciada, de modo que tus esquís pasen por el terreno antes de comenzar el siguiente giro. Esto creará giros en forma de "C" más pronunciados, lo que te permitirá frenar de manera natural, reduciendo la velocidad mientras te preparas para el siguiente movimiento. Así, conseguirás una sensación de mayor control y ritmo, lo que te permitirá disfrutar más de la bajada y disminuir la velocidad cuando lo necesites.
Si alguna vez has experimentado un agotamiento extremo en tus muslos después de unas pocas bajadas, es probable que tu postura esté afectando tu resistencia. Muchas veces, al esquiar, nos inclinamos hacia atrás y descansamos demasiado sobre la parte posterior de las botas, lo que provoca que nuestros muslos estén constantemente en tensión y no tengan oportunidad de relajarse.
En lugar de mantener una postura rígida, céntrate en avanzar en la transición entre giros. De este modo, tus muslos podrán descansar en el cambio de dirección, lo que disminuirá la fatiga y permitirá que tus piernas sigan activas y con menos tensión. Recuerda que una postura dinámica y fluida es clave para evitar el agotamiento.
Si bien estos consejos te ayudarán a mejorar por tu cuenta, nada como recibir la orientación personalizada de un instructor profesional.
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